miércoles, 24 de marzo de 2010

Fue una sustitución inicialmente sin trauma, consentida o ignorada. El hombre, a veces, tiene el poder real de ignorar lo ingrato en un acto de sobrevaloración del ego irracional que le posee. Pero de la ignorancia surge primero el recelo, la desconfianza, el temor que da paso al terror o a la fobia. Entonces es el mismo hombre quien intenta designorar como si todo lo pensable fuera realizable y real. Comprende que designorar no es lo mismo que conocer y así sucumbe ante la imposibilidad de dominar, convirtiéndose en ser vulnerable y sin recursos, a la deriva en la oscuridad secular de un pasillo largo sin cuadros colgados ni formas, ni cristales. Un lugar lóbrego y sobrecogedor en el que no queda el rescoldo de la madre ni la filigrana de un niño en la penumbra. Un vacío atorado en la garganta en constante interrogante, resguardándose de la sin razón del hombre que no entiende, de la inconsciencia que amenaza con destruir la magia de la luz con la que trazar caminos nuevos por los que transitar recuerdos.

martes, 23 de marzo de 2010

El gordo (fragmento)

A veces las reuniones del sindicato eran insoportables. A menudo me preguntaba ¿que me había empujado a estar allí?, ¿si aquella era una guerra en la que yo tenía que jugar algún papel?. Mi guerra. Yo solo pretendía estar tranquilo, aprovechar las horas muertas para dar un sentido a mi vida y perderme en sueños e ideas que circulaban por mi cabeza. En el sindicato se discutía de lo banal, lo superfluo, de la nada. La importancia de renovar las fachadas, el acondicionamiento de los cuartos de baño, la estética de las barandillas. Todo eran pretextos para justificar actuaciones de suyo delictivas.
Recuerdo de manera especial el día que inspeccionamos el tercero izquierda. Recuerdo los ojos de la vieja, sus manos arrugadas, la falta de expresión, la indiferencia, el olor. La vieja. Supongo que la vejez es un estadio de la evolución en el que ya se tiene un conocimiento pleno de lo que es la vida, ya no importa ni la muerte.
Aquella vieja sabía que la oposición, la pregunta, la negociación, cualquier expresión carecía de sentido porque en frente estaba la sin razón, la subsistencia, la búsqueda del aliento que permitiera una existencia fugaz. Ella poseía la verdad, su verdad, inexplicable y sencilla. La vida era lo que ya había sido, lo que quedaba detrás de la espera, aquella contribución al desarrollo de la especie. Desarrollo. Especie. Cada vez que estas dos palabras se unen se desparrama un ácido alrededor y duele.
Tal vez todo era un error. Ni siquiera estoy seguro de que la subsistencia merezca la pena. Pero en casa esperan mi regreso y en la espera se incluyen las buenas noticias. Hace tanto desde el cambio que ya no sé si hay odio, ternura o desespero. Ojalá sea un paréntesis
Es inevitable recordar aquellos años de polvo y agua, de cansancio extenuante, de maldiciones hacia la autoridad explotadora. ¿Y ahora? El sistema roto, un ejército de obreros organizados para imponer su criterio. Una masa enfurecida fruto de las ansias desmedidas. ¿Somos una imposición social o un fascismo profesional?

miércoles, 17 de marzo de 2010

Lloran con toda su energía, mojan las calles y purifican el espacio, se obsesionan. El imperio se duerme mientras ellos alzan los brazos. Las masas se esconden detrás de los buzones. Al mismo tiempo el tren de las cuatro saluda, frente erguida, al Dios sol. Latigazo. Demasiada costumbre, demasiado debate y demasiadas siluetas. Detrás de los matorrales siempre se encuentra un pretexto para sobrevivir; a veces incluso la solución para el cosmos aquejado de "virus deficientes". Los reyes y las mazmorras juegan al póker mientras se descorren todas las cortinas para descubrir a los amantes agazapados en las esquinas, sus cuerpos desnudos y su deseo incontrolable. Los pecados capitales, sin duda.
De pronto sienten pánico, saltan, ríen, se abrazan. Cerveza de calidad. Puede oírse la carcoma, la ira de los dioses. Joven muerto en accidente de moto. Colores, sonidos, luego silencio. Los telescopios montan guardia.

sábado, 13 de marzo de 2010

Me hechiza su silencio:
paloma triste.
Me figuro tu cuerpo
en la oscuridad inmensa,
en plenitud
silenciosa
y sorbo de tu néctar.
Me vierto
en ti.
Te bebo.
Te beso.
Te bebo.
Te beso
Te anudo
a mi garganta
con sogas de oro.
Me pierdo en ti
como en océanos grises.
Paloma triste con alas
de sol y de viento.
Paloma sabia
e imperturbable,
perfecta.


TU NOCHE SE TIÑE DE PLATA
Y PASAN SILENCIOSAS LAS ALAS
Tres lunas ya de nacimiento
y acariciando estas ya lo infinito.
Corres por el bosque y vas trenzando versos,
A tu alrededor se alzan murallas,
y una sonrisa breve pero sincera,
y una mirada corta pero sublime,
como si miras luego por la ventana
y se te acerca un hambre de lo eterno.

lunes, 8 de marzo de 2010

Hojas como la necesidad de un reencuentro.
El otoño de las aceras
inevitable en medio de la densidad del aire.
La hipérbole de la sonrisa
cruzando los laberintos,
la sed saciada de los ausentes,
el brazo alzado como pretexto
de la guerrilla impuesta a los difuntos,
la infamia, el desconsuelo,
una parca indiferencia con siluetas
de la que deducir
en poco tiempo
el cómo de la luna que se aleja.

viernes, 5 de marzo de 2010

Los decorados estan a punto, las luces, las tramoyas, butacas, cortinas. Los preparativos, los ensayos, el maquillaje...todo en perfecto estado de revista. Es de noche, llueve a ratos, caen hojas. Amanece. La gente espera sentada en la escalera, la puerta está cerrada, hay silencio. Ya no queda más que la memoria de la luna. Ya solo resta el día.
Se abren las puertas y suenan músicas en fuga, o en retorno. Los colores se mezclan, se distorsionan, se acumulan, se abrazan y se besan. Es la fiesta de la luz que se refleja, el ir y venir de los objetos del amarillo al rojo.
Aparece despacio: la sombrilla blanca con topitos negros frente al verde esmeralda, flanqueada a ambos lados por los ocres, guardada su espalda por el otoño difuminado, todo sobre un fondo arena tostado que lo resalta. Se acerca con la lentitud de un malva en pensamiento que mira de reojo los azules frios y distantes. Alrededor los grises, los verdes, los rojos, negros, naranjas, violetas.
Levanta la mano, sonrie y descansa. Observa, escucha y se confunde con una hoja de parra que baila desenfadada. El spiker la señala con un dedo pálido en demasía. Los corazones en rojo abierto sufren la intriga. Hay un grito en una esquina y vuelve el silencio.

- El jurado se mantiene en su decisión...

El jurado es una especie de pasteles que se escurren de esquina a esquina persiguiendo el ir y venir de las acuarelas juguetonas.

- ... El jurado quiere hacer énfasis en...

¿Cuál es el color del enfasis? Líneas simétricas rojo, morado, naranja, morado, rojo, morado...

- ... énfasis en la capacidad armonizadora...

Pasa muy rápido, es la armonía en grises perla fugandose hacia los ocres monte otoño, la armonía de los sin papeles, de los sin techo y de las bocinas, de los santuarios con peregrinos y las mazmorras libres de verde esperanza. La armonía en ropa interior, filtrados los colores carne entre los negros, rojos y blancos de la lencería huyendo.

- ... La capacidad armonizadora que le ha permitido recuperar...

El már me recupera de la indecisión y el miedo. El aire me recupera del vuelo hacia lo interno. El sol me recupera del recuerdo de la noche.

- ... Le ha permitido recuperar sensaciones que habían sido olvidadas.

El olvido no tiene color, es la ausencia de luz, el no reflejo. El olvido nos permite sugerir lo que no existe. El olvido es la memoria anestesiada, la piel sin cuerpo, el viento quieto. El olvido no tiene sensaciones, ni caras, ni rocas con las que golpear el horizonte. El olvido es la serie final de la paleta, siempre vacía.

- ... Ha sido preciso observar muy detenidamente su labor...

Newton dice que el color reside en nosotros mismos. El color dice que Newton reside en nosotros mismos. Nosotros mismos decimos que Newton reside en el color. El color dice que nosotros mismos residimos en Newton. Newton dice que nosotros mismos residimos en el color. ...Nosotros mismos residimos en el color...Nosotros mismos residimos en el color... Nosotros mismos ... en el color.

- ... centrada en el estudio de los colores, su composición y combinación aplicadas a...

Una sombrilla blanca con topitos negros. Otoño difuminado. El corazón en rojo abierto. Grises perla en fuga.

- ...aplicadas al tratamiento de la soledad urbana en calles anchas.

Ancha la sonrisa, el lamento, la euforia, la luna que me abraza. Ancho el corazón que se me escapa y los dedos que lo atrapan.

- ... De sus estudios se desprende...

La vida se desprende entre moreras de colores cambiantes, entre rosales con la luz en bloque, entre formas transparentes a lo lejos.

- ...La necesidad vital de aumentar la dosis de color en las sonrisas...

Y el hombre que dormía alzó la mano, rozó la bombilla y volvió a serenarse.

- ... Para conseguir que el hombre, y la mujer, se estremezcan más a menudo.