sábado, 18 de julio de 2009

Música de cámara


Hay habitaciones en la casa, grandes y pequeñas, opacas y brillantes. Pintada de blanco aquella en la que el sudor del verano arremete contra las ventanas y se intensifica intentando eludir la columna que mantiene erguida la puerta del armario. En frente una cama moderna, vestida en blanco, con vistas, sujetando la densidad del aire, recibiendo un cuerpo pesado que provoca pliegues como olas de mar. Permanece inmóvil.
A través de los cristales, los suyos, los que protegen sus ojos de la ausencia de reflejos, recibe el movimiento de una rama fuera, como el baile sensual de un cuerpo desnudo, rítmico preludio del goce.
En pie, en espera. La mano derecha en relax se eleva, lentamente, como una mariposa blanca sin ganas de alejarse. A la altura de los ojos se detiene y provoca la necesidad de mucha oscuridad. El rostro quieto, la mano arriba, esperando ansiosa la llegada de otra mariposa en vuelo corto. La habitación se tensa ante la espera. Desaparece el aire, se detiene el árbol.
Con los ojos cerrados se inicia una danza de dedos en las manos, delicados viajes por el aire, fragmentos que se buscan y al rozarse regresan a su propia soledad. Mientras la mano derecha prosigue el vuelo, un dedo tembloroso insinúa que se acerca el momento de subir la intensidad. Un dedo índice en reverencia. Se suma a su deseo el corazón, luego anular, luego… respira mientras la mano toda desciende a reposar en el inicio. La estancia recupera la tensión. El rostro inmóvil. El regreso.
Los párpados se tensan, se entreabren los labios. Reciben los pulmones el súbito impacto del aire, una gota resbala de la frente y se deja caer al precipicio inmenso que descubre. Aterriza sin dolor en la cuartilla blanca, en el compás catorce, en el mullido lecho de blancas en silencio.
Él, el director, mantiene la tensión en las alturas, en suspensión. Descenso enérgico, contenido, agotador. Él, el director, abre los ojos y sonríe mientras todos los oídos reciben un la bemol en contraste que apacigua el aire.

2 comentarios:

  1. Muy bueno el texto, se puede escuchar
    la música que interpreta el director.
    Saludos.

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  2. Esa mariposa se posó en mi :) Música, aleteos de mariposas que intentamos apresar...
    Hermoso, mis oídos se han regocijado al recibir la estructura musical de tus palabras que por leídas las siento oídas y he vibrado al igual que la membrana al recogerlas...

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