sábado, 24 de abril de 2010

He encontrado una sonrisa colgada de un árbol. Me habló del tiempo en silencio y de las noches que, cuando no se agotan, duermen y se precipitan a lo imprevisible en un baile ritual con la mano que acaricia y la mirada que induce al desconcierto. Pero no tuve tiempo de saber si la necesidad misma de sonrisa era un refugio en la tormenta o la intransigente melancolía.
El amante corrió la cortina y esperó. No amanecía.

1 comentario:

  1. ¿Porque no se lo preguntaste?, miedo o simplemente egoismo...

    besotes de esta peke.

    pd. te espero por mi rincon con tu taza de cafe, siempre que quieras...

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