viernes, 4 de diciembre de 2009

Casi pierdo la ocasión de decirte cosas bellas. Estaba subido a un árbol en tu patio y pasaba el tiempo, como pasa siempre, silencioso. Afortunadamente he reaccionado y aquí me tienes mirando con descaro la puesta de largo de tu sonrisa. No me atrevo a decírtelo más alto, ni siquiera sé si quiero que lo intuyas, pero te sienta bien el tiempo transcurrido.
Amontonando recuerdos te presentas con un grito, con la velocidad de Bannister en las pistas de Oxford, y tu presencia pequeña viene a perdonar la ausencia de Frida en las paredes. Pero ni Bannister ni Frida podían imaginar como tu pelo lacio iba envolviéndose en dorados, como apartabas el aire buscando la alameda, como parabas el tiempo y lo parabas todo si la luna aquella noche te tiraba de la falda.

No hay comentarios:

Publicar un comentario