miércoles, 12 de agosto de 2009

Llueve

Hoy llueve, y sin embargo espero. Tengo la certeza de que la lluvia me llevará muy lejos, allí donde he pretendido resolver el delirio de mis noches. Me arrastra cauce abajo con el ímpetu de un deseo voraz. Me traslada a ventanas con enredaderas por las que subir. A risas en la oscuridad y a la fiebre de sentirla en mis suspiros.
Llueve como un pretexto para no saber. El índice vacío donde anidar las almas. Llueve por si se olvidan las formas de cariño; o por si, a solas, alguien goza de las anatomías. Llueve para no correr, para ti, para todo. Y en la lluvia reza el lema de un suspiro. Porque son gotas pequeñas, sensiblemente hermosas que rozan el frescor vegetal de las miradas. Gotas infantiles con proyección de cielo que un día alcanzaran. Gotas como besos acariciando el rostro amado de la tierra. Tiernas mensajeras de la caricia. Deseo irrefrenable. Manos a contra luz y tiempo, mucho tiempo.

1 comentario:

  1. Palabra tras palabra, llenándome de ella. Lloviendo tan adentro de mi que me anego feliz en ella, fluyendo, fluyente...

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