He encontrado una sonrisa colgada de un árbol. Me habló del tiempo en silencio y de las noches que, cuando no se agotan, duermen y se precipitan a lo imprevisible en un baile ritual con la mano que acaricia y la mirada que induce al desconcierto. Pero no tuve tiempo de saber si la necesidad misma de sonrisa era un refugio en la tormenta o la intransigente melancolía.
El amante corrió la cortina y esperó. No amanecía.
Hace 4 años
¿Porque no se lo preguntaste?, miedo o simplemente egoismo...
ResponderEliminarbesotes de esta peke.
pd. te espero por mi rincon con tu taza de cafe, siempre que quieras...